The Little Cow




Vuelta a los orígenes. Bueno, al verano de mis orígenes, Maçanet de la Selva (Gerona). De pequeños mis primos y yo siempre, siempre, pasábamos los veranos en la torre de mis abuelos en Maçanet pero un día nuestros padres se compraron apartamentos en la playa (esto suena a adinerados pero no es así) y dejamos de ir. Al principio eso de estar al lado de la playa estaba genial (desde Maçanet tenias unos 3/4 de horas más o menos en coche hasta Lloret de Mar) pero luego, sin dejar de ser genial lo actual, empezamos a echar de menos la torre de Maçanet, los hierbajos que salían por todas partes y las arañas esas que tienen el cuerpo muy pequeño y las patas muy largas. Cada noche te picaban 10 mosquitos y se oían las ranas en la piscina estancada del vecino (piscina que sigue igual de estancada, las ranas deben haber mutado). Hay muchas cosas que se echan de menos y una de ellas era ir a por leche a "las vacas" (mis tíos y mis padres le pusieron ese nombre en un alarde de originalidad a una granja de... vacas). En el paseo hacia Las Vacas siempre ibamos hablando comiendo pipas y mirando los jardines de los vecinos, había uno que tenía todo el elenco Disney en piedra adornando el camino de césped hasta la puerta. También ibamos avisándonos de los perros, allí, como es una urbanización, todo el mundo tienes perros grandes que no paran de ladrar (aún así, sí, también lo hecho de menos) y estos perros siempre salen de la nada para ladrarte, llega un día que ya sabes por donde van a salir y donde están los que más ladran pero aún así en momento de despiste el susto te lo das igual así que ibamos diciendo "en la siguiente verja sale un perro eh!", yo me acuerdo, en concreto, de un bobtail gris más borde que su dueño (nunca conocí al dueño, ni lo vi, pero siempre imaginé que el dueño debía ser borde hasta los huesos por aquello de que "los perros se parecen a sus amos").

Luego llegaba el camino de bosque y hierbajos donde mi padre, que es un graciosillo y un listo, para tenernos entretenidos cuando ya empezábamos a decir "¿cuanto faltaaaaa?" nos decía "Quien encuentre el bicho palo gana 1000 puntos". Y claro... todos buscando un bicho palo en un bosque. Nunca ganó nadie, bueno... para sorpresa de él mismo mi padre ganó una vez. Y de repente... olor a vaca... ¡Las Vacas!. Pasabamos un rato largo mirando y tocando vacas mientras mis tías compraban leche y como a mi siempre me han gustado todos los bichos (hasta los bichos palo) me quedaba alucinada con tanto ternerillo. Luego volvíamos, herviamos la leche y ya se podía beber. No es desnatada pero a esa leche se lo perdonas, está buenísima.

Hace unas semanas volvimos todos juntos a Maçanet, como antes, para hacer una paella enorme, como antes y por la tarde fuimos a Las Vacas, como antes. La única diferencia es que esta vez las fotos las hice yo.

Quiero volver.

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Foto difital realizada con Nikon D40 y retocada con photoshop CS3.
Modelo: una ternera preciosa que no volveré a ver.
Agosto de 2009
Lorena Loguén

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